Sobre el amor
Sobre el amor Ama y haz lo que quieras… El café parecía vacío, la gente paseaba por la calle como si el mundo no fuese nada más que una esfera tirada, al azar, en el basto espacio. Miró alrededor y pensó que entre tanta gente la soledad aparece como la culpa, en la cabeza, y se siente en la espalda y pesa tanto que nos encorva hasta rozar el piso con la barbilla. Las mesas cuadradas con sus pares de sillas y las familias tomando café le recordaban, como antaño, los tiempos felices y mágicos de la niñez. ¿Cómo pasa el tiempo, no? Sí, pasa como un tranvía, como un tren cargado de carbón, porque así es la vida a veces, un poco oscura. Así que mientras esperaba se acordó de su inocencia, esa máscara que nos ayuda a sobrevivir un rato, que nos congela y nos santifica. Así estaba, metida en su conciencia, en las fotos pretéritas y en las voces tan antiguas como el mundo mismo. Fue verlo, a los ojos, y distinguió que entre el sol y unos ojos dulces solamente había un cielo de distanci
Que fuerte! Me gustó mucho las metáforas que hiciste. Es un cuento que te deja pensando.
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